viernes, 3 de enero de 2014

Hasta siempre Tío Phil

Últimamente no hago más que entradas necrológicas, pero no podía dejar pasar la oportunidad de recordar a James Avery. Yo soy del 94, es decir, no viví ''en directo'' ese boom que fue El Príncipe de Bel-Air, esa especie de movimiento social que provocó la serie y que gustó a toda una generación de jóvenes que veía en ella un reflejo optimista y gamberro de su propia vida.
El personaje del Tío Phil era extraordinario, una figura paternal a la que Will se agarraba y con la que siempre se podía contar, un hombre serio pero de gran corazón. Todos necesitamos una persona así en nuestras vidas.
Yo nunca olvidaré esa serie, nunca podré dejar de verla, aunque pasen los años. Así que gracias por tantos buenos momentos, por tantas mañanas agradables, por tantas risas, por tantas enseñanzas, y por que no, gracias por hacer que la gente no se olvide de esa gran época.